Un clásico que se desborda de Talento

por **Admin** Miér Abr 14, 2010 3:10 pm

Hace años que los apocalípticos del fútbol hablan de la muerte del "enganche", ese jugador de estirpe sudamericana que tiene como principal responsabilidad ser el arquitecto que construya la ofensiva de su equipo. Uruguay, como en otras tendencias, va por el camino contrario y, el domingo, alineará en sus equipos más tradicionales dos estandartes de esa vieja guardia que se niega a desaparecer.

El caso de Ángel Morales es el más significativo. El argentino llegó a Nacional en 2008 para ofrecerle variantes en el mediocampo al equipo, entonces, de Gerardo Pelusso. Jamás se dudo, ni entonces ni ahora, cuál era su posición: "Matute" era y es un "10".
Para Antonio Pacheco, la historia ha tomado un vuelco de rumbo inesperado o, si se prefiere, un retorno a sus orígenes. Luego de varias temporadas como el armador del equipo, el "Tony" se adelantó en el campo de juego hacia una posición que supo desempeñar en inferiores y hasta en Primera, para ser ahora el "9" del equipo. Su producción goleadora ratifica el éxito de la apuesta de Diego Aguirre.

EL CEREBRO. Pelusso no le dio continuidad a Morales, en parte producto de su baja forma física y en otro parte por el esquema utilizado por el técnico, pero "Matute" se mantuvo fiel a su estilo y encontró con Eduardo Acevedo los minutos necesarios para manifestar en cancha sus innegables condiciones ofensivas.
El volante argentino disputó los 15 juegos del Apertura 2009 -único tricolor en hacerlo- donde formó un tándem brillante con Nicolás Lodeiro para un Nacional campeón que se floreó en el clásico, ganando por 3 a 0.
EL CEREBRO. Pelusso no le dio continuidad a Morales, en parte producto de su baja forma física y en otro parte por el esquema utilizado por el técnico, pero "Matute" se mantuvo fiel a su estilo y encontró con Eduardo Acevedo los minutos necesarios para manifestar en cancha sus innegables condiciones ofensivas.
El volante argentino disputó los 15 juegos del Apertura 2009 -único tricolor en hacerlo- donde formó un tándem brillante con Nicolás Lodeiro para un Nacional campeón que se floreó en el clásico, ganando por 3 a 0.
Este 2010, en cambio, no ha sido de rosas. Morales padece problemas sanitarios generados por la rotura de un tornillo en su espalda lo que lo ha hecho perderse varios juegos y disputar otra cantidad en condiciones de inferioridad.
Tampoco lo ha beneficiado la partida de su socio, ni las lesiones que le privaron de generar la misma repetición con Mauricio Pereyra o los otros jugadores que Acevedo ha probado a su lado.
el artillero. Jugando para el decepcionante equipo de Julio Ribas, Pacheco ya había avisado su gran momento de cara al "cómplices" ideales en los veloces Alejandro Martinuccio, Jonathan Urretaviscaya y Gastón Ramírez.
Pacheco, quien jamás perdió su gran pegada, vive, a sus 34 años recién cumplidos, un rejuvenecimiento futbolístico en un esquema que lo favorece como lanzador y definidor.
Sus 14 goles en este Clausura, una cifra impresionante luego de sólo 12 fechas, lo tienen seis anotaciones por encima arco rival al anotar ocho goles en ese Apertura.
Aguirre estuvo atento e inteligentemente retornó al capitán aurinegro a su vieja ubicación como punta, rodeándolo de de su escolta más cercano. Además, amenazan el récord de un torneo corto, situado en 19 goles, marca compartida por Richard Porta (River) y Cristian Stuani (Danubio).
Fuera de los números, el capitán aurinegro festejó su 13° título con el club de sus amores y parece estar en el momento de mayor idilio con la hinchada, uno que hace recordar a los tiempos de Bengoechea y el quinquenio.
NO ESTÁN SOLOS. Si bien Morales y Pacheco son dos ejemplos claros del talento que habrá en cancha en el estadio Centenario, ellos no estarán solos, sino que serán acompañados por un grupo de jóvenes virtuosos que intentarán dejar su huella en el juego más atractivo del fútbol local.
En Peñarol será la hora de la ratificación para Ramírez. La promesa aurinegra parece tener las horas contadas en el club y eso es producto de su enorme ascenso bajo la dirección técnica de Aguirre. Como él, Urretaviscaya, muy irregular en este Clausura, y Martinuccio, quien se ganó a la hinchada con sus actuaciones, pondrán su cuota de explosividad individual.
En Nacional podría ser la oportunidad de Pereyra y de Maximiliano Calzada, si es que Acevedo apuesta por la nueva generación tricolor. Pereyra tiene todos las características de un "10" moderno, mientras que Calzada es de esos volantes mixtos que no abundan en nuestro fútbol.
Según reza la frase hecha, los clásicos son juegos aparte, pero éste, a diferencia de anteriores, parece prometer una paridad tal que depositará en el talento la responsabilidad de desnivelar la balanza.
¿Qué tiene?

TÉCNICA
El argentino es un exquisito en el trato de la pelota con un abanico de recursos que compensan su falta de velocidad a la hora de encarar al defensa rival y, con un gesto mínimo o un control inesperado, ganar el espacio para ejecutar su jugada.
INTELIGENCIA
Posee las condiciones claves de un armador: el manejo de los tiempos, saber cuándo hacer la pausa y cuando acelerar, y la lectura del juego para aprovechar la libertad que le da el técnico para entender dónde ubicarse para herir al rival.
TALENTO
Para muchos es la suma de la inteligencia y la técnica, para otros una condición innata. En Morales se trata de esa habilidad que le permite sacar ventaja de sus recursos en los espacios más reducidos y aún con pocos contactos con el balón.
PRECISIÓN
La visión es un talento en sí mismo, pero sólo desnivela si es acompañada de la precisión en la entrega, que es lo que le permite a "Matute" no sólo ver la jugada sino ejecutar la habilitación exacta para poder completarla.
¿Qué le falta?

PELOTA QUIETA
Para todas sus virtudes, "Matute" no soluciona las deficiencias tricolores en las jugadas de pelota quieta. Su pegada parece ser más precisa en movimiento que en tiros libres y córners.
VELOCIDAD
La edad y las lesiones han privado a Morales de la velocidad necesaria como para dejar rivales atrás en un cambio de ritmo. "Matute" se vale de otras "artimañas" para lograrlo.
MARCA
Los "exquisitos" como el argentino no tienden a combinar talento y sacrifico. Morales no es la excepción y cualquier esfuerzo que haga en defensa es un "plus" que no está previsto.
GOL
El creativo tricolor no es el clásico "10" goleador. Desde su arribo al club sólo ha marcado 3 goles. Este 2010 va un solo gol. Rara vez busca el arco, buscando siempre dar el pase.
LAS DUDAS

INTENSIDAD
El conjunto tricolor no atraviesa su mejor momento y en gran parte esto está atado a la apatía que su jugador más talentoso demuestra en el campo de juego. En el clásico, Nacional necesita ver a la mejor versión de "Matute" Morales.
SANIDAD
Cuando parecía que sus problemas sanitarios habían quedado atrás (jugó todo el Apertura), una vieja lesión en su espalda reapareció, cortando su buen momento y robándole la confianza que evidenciaba tener en el torneo pasado.
COMPAÑÍA
El clásico pasado, y todo el Apertura, la combinación de Morales con Lodeiro deleitó al público tricolor. La ausencia del juvenil, y sus propias lesiones, le han privado al argentino de lograr la misma química con otros volantes ofensivos.
LIDERAZGO
En un clásico, ante un Peñarol que parece imparable, Morales tendrá el escenario ideal para inscribir su nombre en la mejor historia tricolor. El argentino tiene el talento para tomar el control del partido, ser la figura, y conducir a Nacional al triunfo.
¿Qué tiene?

GOL
La renovada versión de Antonio Pacheco es una máquina de anotar goles. Lleva 22 goles en la temporada, 14 de ellos en sólo doce fechas del Clausura. Es el máximo artillero de Peñarol en ambos torneos, con definiciones de todo tipo, incluso de cabeza.
PEGADA
Heredero de Pablo Bengoechea, Peñarol recuperó con Pacheco un lanzador exquisito de pelota parada, tanto de remate directo como en centros. Es infalible desde los once pasos. También es peligroso con pelota en movimiento.
LIDERAZGO
El capitán aurinegro es un ejemplo de profesionalismo para los jóvenes y una figura respetada por los más experientes. El "Tony" lidera al plantel dentro y fuera de la cancha. Con la gente vive un idilio sin paralelo en la actualidad.
GANADOR
Ya tiene 13 títulos con la casaca aurinegra y, lo más importante para este domingo, un espectacular récord ante su rival acérrimo. Pacheco ha jugado en total 45 clásicos y en 23 festejó el triunfo (empató 9 y perdió 13). Anotó 9 goles.
¿Qué le falta?

ESTATURA
El goleador aurinegro ha convertido de cabeza gracias a su buena ubicación pero no está hecho para la lucha por aire contra centrales corpulentos. Por eso su equipo juega por abajo.
VELOCIDAD
A sus 34 años, Pacheco todavía sorprende con su desnivelante pique corto, pero ya no es un jugador capaz de irse con corridas en largo ante defensores más veloces y jóvenes.
CHOQUE
Peñarol intenta abastecer a Pacheco por debajo, acercando las líneas, evitando así que el capitán aurinegro deba ir a dividir la pelota con los defensores, lo que no es su juego.
CABEZAZO
Su altura (1,73 metros) no lo favorece pero, además, Pacheco no tiene gran técnica ni en su cabezazo y ni en su salto, convirtiendo goles de esta forma sólo en situaciones muy claras.
LAS DUDAS

DESMARQUE
El goleador de Peñarol se ha beneficiado del buen momento de sus compañeros, lo que no le ha permitido a los rivales, como ha ocurrido en el pasado, centrar la marca en él. De ocurrir, Pacheco deberá mostrar mayor movilidad.
RESISTENCIA
El gran trabajo en la preparación física realizado por Peñarol le está permitiendo a Pacheco completar un Clausura sin inconvenientes, pero la acumulación de minutos, con las finales a la vista, puede terminar siendo peligrosa.
LA RACHA
Peñarol no consigue un triunfo clásico desde julio de 2008 (2 a 0 por la Liguilla). Pese a su buen récord, desde su retorno Pacheco no ha tenido muchas satisfacciones clásicas: jugó 10 partidos, ganó sólo dos juegos y cayó seis veces.
IRREGULAR
El capitán aurinegro, como todo jugador talentoso, tiende a caer en lagunas futbolísticas, con picos muy altos y bajones profundos, en un mismo partido. Los últimos juegos, aún con Peñarol en gran forma, han sido de este tipo